En 1942 conoce a Simone de Beauvoir, quien le anima a escribir su primera obra: L´Asphyxie (La asfixia) en la que narra la complicada relación que tuvo con su madre; esta libro le será publicado por Albert Camus en Gallimard, y recibirá los parabienes de Jean Genet, Jean Paul Sartre, y Jean Cocteau.
Violette Leduc abordó en sus novelas temas hasta entonces considerados escabrosos como el lesbianismo o el aborto, hasta el punto que en 1955 se vio obligada a suprimir pasajes de su obra Estragos.
La parte censurada fue publicada posteriormente como novela independiente Thérèse et Isabelle que daría lugar a una película, en la que se relatan los amores lésbicos de dos adolescentes y que podría ser considerada un antecedente de la tan traída y llevada Historia de Adele, recientemente estrenada.
En Taxis el tema que aborda es el incesto entre hermanos, origen de otra controversia ya que solemos aceptarlo siempre y cuando se remita a la tragedia griega.
Actualmente se acaba de estrenar en las pantallas españolas la película Violette, del director Martin Prevost (que ya había filmado Seraphine), centrado en la especial relación entre Violette Leduc y Simone de Beauvoir en los sombríos años de postguerra.
La complicada relación entre estas dos mujeres se puede atisbar a través de las fotografías .del estudio de Violette, en las que vemos a Simone de Beauvoir y a Jean Paul Sartre en distintas etapas de la vida de la escritora en la que Simone va adquiriendo más protagonismo, Y que quedará reflejada en otra novela de Violette Leduc: L´afamée.
Dos imágenes de Violette Leduc en los últimos años de su vida (Foto: SIPA)
Violette Leduc siempre ha ocupado un lugar marginal en la historia de la Literatura, a pesar de haber sido comparada a otras grandes escritoras francesas como Marguerite Duras o Nathalie Sarraute.
En una de sus novelas más impactantes, La bastarda, (la única que está traducida al castellano: Edhasa, 1984) en la que describe -de manera brutal- un aborto, también podemos leer esta descripción que podría ser un retrato de sí misma:
“Me iré como llegué. Intacta, cargada con los defectos que me torturaron. Habría querido nacer estatua. Soy una babosa bajo mi estiércol. Virtudes, cualidades, valor, meditación, cultura. Me crucé de brazos y me astillé contra esas palabras”.