Llegada del Tren de la libertad a la estación de Valladolid; 31 de Enero de 2014
Hace algo más de cien años, la estación madrileña de Mediodía (conocida posteriormente como de Delicias, ya desaparecida) se llenaba de sombreros que acudían al toque de rebato de las organizaciones católicas para protestar contra un artículo -La jarca de la Universidad- escrito por Rosario Acuña en defensa de las estudiantes que habían sufrido una brutal agresión al asistir a clase en la Universidad.
La dignidad, libertad e igualdad de las mujeres había sido en esa ocasión pisoteada, y contra ello se alzaba la voz de Rosario Acuña.
A continuación reproducimos íntegro el artículo de Rosario Acuña que provocó la multitudinaria manifestación de rechazo a que antes nos referíamos
La Jarca de la Universidad
Rosario Acuña, 1911
El Heraldo de Madrid hizo el relato de un suceso, ocurrido a las puertas de la Universidad, del que han sido protagonistas unos caballeros estudiantes que se pusieron en acecho, a la salida del claustro, para insultar de palabra, y hasta de obra, a unas jóvenes estudiantas de la facultad de filosofía y letras; un carretero, que pasaba por el sitio del escándalo, puso en fuga vergonzosa a los insultadores de aquellas mujeres. Este es el sucedido por el cual se escandalizó el Heraldo, llamando jarca a la hueste que acometió a las jóvenes, por la sola razón de ser muchachas guapas y estudiantes…
Esto pasa en la Universidad de la capital española. ¿Y qué significa esto? Pues nada más que lo siguiente: excepto unos pocos españoles, la mayor parte, perteneciente a la categoría social del carretero, y el resto de dicha parte a la categoría de los Costa, Pi y Margall, Linares, Giner, y unos poquitos más, todo el resto de los españoles no son ni machos siquiera…¡no! porque ni los perros, ni los verracos, ni los garañones, ni aún los mochuelos machos, acometen a las hembras y hasta se dejan morder, cocear y picar por ellas, con la mayor dulzura y benevolencia, y ¿por qué? porque son machos; porque tienen la conciencia de su destino, de amparadores y defensores de sus compañeras.
Nuestra juventud masculina no tiene nada de macho; como la mayoría son engendros de un par de sayas la de la mujer y la del cura o el fraile y de unos solos calzones los del marido o querido resultan con dos partes de hembra: o por lo menos hermafroditas por eso casi todos hacen a pluma y a pelo. Tienen, en su organismo, tales partes de feminidad pero de feminidad al natural, de hembra bestia que sienten los mismos celos de las perras, las monas, las burras y las cerdas, y ¡hay que ver cuando estas apreciables hembras se enzarzan a mordiscos; las peloteras suyas son feroces…!
¡Ahí es nada! ¡no morder aquellos estudiantitos a sus compañeras! Sus órganos semifemeninos les hacen ver una competencia desastrosa, para ellos, con que las mujeres vayan al alcance de sus entendimientos de alcancía rellena de ilusiones, de doctorados, diputaciones y demás sainetes sociales.
¿Qué les quedaría que hacer a aquellas pobres chicas?… digo pobres chicos… si las mujeres van a las cátedras, a las academias, a los ateneos y llegan a saber otra cosa que limpiar los orinales, restregarse contra los clérigos, y hacer a sus consortes cabrones y ladrones, para lucir ellas las zarandajas de las modas…?
¡Arreglados quedarían entonces todos estos machihembras españoles si la mujer adquiere facultades de persona! ¿qué van a ser ellos? ¿amas de cría? No, no; los destinos hay que separarlos; los hombres a los doctorados, a los tribunales, a las cátedras, a las timbas y a las mancebías de machos, a ser unas veces ellas y otras veces ellos; las mujeres a la parroquia, o al locutorio, a comerse o amasar el pan de San Antonio; y luego las de la clase media, a soltar el gorro y la escarcela, a ponerse el mandil de tela de colchón, y aliñar las alubias de la cena, a echar culeras a los calzoncillos, o a curarse las llagas impuestas por la sanidad marital; si son de la clase alta, a cambiarle, semanalmente, de cuernos, al marido, unas veces con los lacayos y otras con los obispos…Este, este es el camino verdaderamente derechito y ejemplar de las mujeres.
¿A quién se le ocurre ir a estudiar a la Universidad? ¡Dios nos libre de las mujeres letradas! ¿Adónde iríamos a parar? ¡Tan bien como vamos en el machito! ¡Pues qué! ¿Es acaso persona una mujer? ¿No andan ya los sabios a vueltas para ver si es posible sustituirlas por engendradoras artificiales?… Además, la juventud española no las necesita; por eso anda toda ella tan rasurada; con un poco de perfume, y siendo de noche ¿qué más da uno que una?
¡Ande y que siga la danza!
Señores carreteros, fogoneros, mineros, poceros y demás ilustrísimos HOMBRES de la clase proletaria española ¿será posible que ustedes saquen, de las ancas de sus hembras todo unas hembras, seres bisexuales, como esos tan asquerosos de la Universidad madrileña, que son casi la totalidad que dan de sí nuestras clases medias y aristocráticas? ¡No, por Dios! ¡exterminen los hijos que les nazcan así, aunque sea estrellándolos! ¡salven, por caridad, la raza nuestra que lleva el camino de producir unos bichos con cabeza humana, sexualidad de ostra e inteligencia de asno loco!
¿No será posible, proletario español, que regeneres la casta? Se hace necesario volver al buen camino, de grado o por fuerza, hay que producir hombres machos; fuertes; valerosos; testificadores de la verdad dura y desnuda; serenos, conscientes de su masculinidad; con todos los atributos de la soberanía viril y, por lo tanto, llenos de dulzura, de bondad, de amor, que son la esenciabilidad de la fortaleza. Hay que producir unas hembras mujeres no monas con todas las sutilidades de la inteligencia y todas las audacias, energías, resistencias y firmezas de la feminidad; conscientes de su inmenso poder como generadoras del porvenir y como complementarias semejantes del hombre; sin que las estúpidas faenas del presente sirvan para clasificarlas de sexo contrario, pues tan admirablemente puede guisar unas patatas el hombre como la mujer, y tan maravillosamente puede hacer una combinación química una mujer como un hombre.
Hay que engendrar la pareja humana, de tal modo, que vuelva a prevalecer el símbolo del olmo y la vid, que tal debe ser el hombre y la mujer, los dos subiendo al infinito de la inteligencia, del sentimiento de la sabiduría, del trabajo, de la gloria y de la inmortalidad; y los dos, juntos, sufriendo, con la misma intensidad, los dolores; gozando, en el mismo grado, de los placeres; entrelazados, siempre, en estrecho abrazo, el uno acusando la firmeza y la arrogancia, la otra recostada y amparada en ellas, llenando el mundo de óptimos y azucarados frutos.
¡Júntense todos cuantos carreteros sean precisos para secundar al carretero apaleador de estudiantes, y lluevan palos sobre esos hijos espurios, amamantados en los hogares de la clase burguesa española, todos ellos convertidos en beaterios, alcahuetes de vicios y crápulas…! ¡firme contra esos micos, sin la gracia del rabo, y sin la utilidad que dan los auténticos al titiritero ambulante!
¡Si no es por vosotros, proletarios, esto se acaba, se acaba! Así como se van a cazar alimañas al África, para repartirlas luego por las colecciones zoológicas, así se vendrán a cazar indígenas a España para luego repartirlos, de barraca en barraca, enseñándolos como ejemplo de hasta dónde puede llegar la degeneración humana.
¡Qué bien estarían esos estudiantitos de la Universidad de Madrid con un libro de retórica en la diestra, y relamiendo una lagartija recién chamuscada; sin taparrabos ¿para qué? con un aro de cobre en las narices; las piernas casi todos serán patizambos llenas de ajorcas; cuatro plumas de gallo tiesas en la coronilla, y una lavativa tatuada sobre los riñones…Puestos así, haciéndolos bailar en un tablado, al son de la “Marcha de Cádiz” el himno de nuestras glorias y con un letrero anunciándolos como la elite de la raza española, eran el clou del mundo…
¡Ande el movimiento y venga de ahí, ilustrísima, reverendísima y sapientísima falange de machos españoles!
Publicado en El Progreso, Barcelona, 22-11-1911
El sábado, 1 de febrero de 2014 la estación de Atocha se llenaba de manifestantes que acudían a la llamada de ‘El tren de la libertad’.
Organizado desde Asturias por la tertulia feminista ‘Les comadres’ y las mujeres de la cuenca minera a la que se sumaron diversas organizaciones del Estado español para protestar contra la propuesta de reforma de la ley del aborto propugnada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
Nuevamente la dignidad, libertad e igualdad de las mujeres pretende ser pisoteada pero el tren de la libertad se pone en marcha y ahora son las mujeres las que se alzan en defensa de sus derechos.
Recibimiento al Tren de la libertad en Atocha 1 de Febrero de 2014. Foto Laura del Sol
En el exterior de la estación de Atocha; 1 febrero, 2014; foto de Nunci Vaamonde. Vivian
Pancarta del grupo asturiano
El objetivo concreto de esta marcha era entregar en el Congreso de los Diputados un manifiesto titulado Porque yo decido, en el que se resumen los motivos de la oposición de las mujeres al anteproyecto de ley del ministro Gallardón. Dicho texto había sido redactado por la la profesora Alicia Miyares.
Porque yo decido.
Porque yo decido desde la autonomía moral, que es la base de la dignidad de una persona, no acepto imposición, o prohibición alguna en lo que concierne a mis derechos sexuales y reproductivos y, por lo tanto, a mi plena realización como persona. Como ser humano autónomo me niego a ser sometida a tratos degradantes, injerencias arbitrarias y tutelas coactivas en mi decisión de ser o no ser madre.
Porque soy libre invoco la libertad de conciencia como el bien supremo sobre el que fundamentar mis elecciones. Considero cínicos a quienes apelan a la libertad para restringirla y malévolos a quienes no importándoles el sufrimiento causado quieren imponer a todos sus principios de vida basados en inspiraciones divinas. Como ser humano libre me niego a aceptar una maternidad forzada y un régimen de tutela que condena a las mujeres a la “minoría de edad sexual y reproductiva”.
Porque vivo en democracia y soy demócrata acepto las reglas de juego que deslindan derechos de pecados y ley de religión. Ninguna mayoría política nacida de las urnas, por muy absoluta que sea, está legitimada para convertir los derechos en delitos y obligarnos a seguir principios religiosos mediante sanción penal. Como ciudadana exijo a los que nos gobiernan que no transformen el poder democrático, salvaguarda de la pluralidad, en despotismo.
Porque yo decido, soy libre y vivo en democracia exijo del gobierno, de cualquier gobierno, que promulguen leyes que favorezcan la autonomía moral, preserven la libertad de conciencia y garanticen la pluralidad y diversidad de intereses.
Porque yo decido, soy libre y vivo en democracia exijo que se mantenga la actual Ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo por favorecer la autonomía moral, preservar la libertad de conciencia y garantizar la pluralidad de intereses de todas las mujeres.
Traducciones del texto
- Because it’s my choice. English translation by Pilar Cuder-Domínguez
- Parce que je décide. Traduction: Pilar Aguilar
- Perchè io decido
- Porque eu decido. Traducción: María Armesto
- Perquè jo decideixo. Traducció: Sophie Acosta
- Porque yo decido. Traducción: Berta Piñán
- Neuk Erabakitzen Dudalako. Traducción: Mª José Aguirre
Porque yo decido.
Traducción al asturianu: Berta Piñán.
Porque yo decido dende l´autonomía moral, que ye la base de la dignidá d´una persona, nun acepto imposición o prohibición dala no que toca a los mios drechos sexuales y reproductivos y, polo tanto, a la mio plena realización como persona. Como ser humanu autónomu niégome a ser sometida a tratos degradantes, inxerencies arbitraries y tuteles coactives na mio decisión de ser o nun ser madre.
Porque soi llibre invoco la llibertá de conciencia como bien supremu nel que asitiar les mios decisiones. Considero cínicos a quienes apelen a la llibertá pa restrinxila y malévolos a quienes, ensin importa-yos el xufrimientu que fain, quieren imponer a toos los sos principios basaos n´inspiraciones divines. Como ser humanu llibre niégome a aceptar una maternidá forciada y un réxime de tutela que condena a les muyeres a la “minoría d´edá sexual y reproductiva”.
Porque vivo en democracia y soi demócrata acepto les regles del xuegu que desllinden los drechos de los pecaos y la llei de la relixón. Nenguna mayoría absoluta nacida de les urnes, por mui absoluta que seya, va tar llexitimada pa convertir los drechos en delitos y obliganos a siguir principios relixosos mediante sanción penal. Como ciudadana desíxo-yos a los que nos gobiernen que nun tresformen el poder democráticu, salvaguarda de la pluralidá, en despotismu.
Porque yo decido, soi llibre y vivo en democracia desixo del gobiernu, de cualisquier gobiernu, que promulgue lleis que favorezan l´autonomía moral, preserven la llibertá de conciencia y garanticen la pluralidá y diversidá d´intereses.
Porque yo decido, soi llibre y vivo en democracia desixo que se caltenga la actual Llei de salú sexual y reproductiva y d´interrupción voluntaria del embarazu pa favorecer l´autonomía moral, preservar la llibertá de conciencia y garantizar la pluralidá d´intereses de toles muyeres.
http://www.eltrendelalibertad.com
Para mayor información sobre los sucesos de 1911, adjuntamos el artículo publicado por Oliva Blanco en Ed. Almudayna (La querella de las mujeres, XII: Las mujeres sabias se querellan), que pone de relieve algunas concomitancias entre aquella situación de hace un siglo y la actual.
Adjunto. Artículo de Oliva Blanco: Sentir hondo. Pensar alto. Rosario Acuña y “La jarca de la Universidad”