Lienzo de Tlaxcala (1552) señalada con un círculo María de Estrada, mujer soldado dentro de las tropas de Hernán Cortés

Lienzo de Tlaxcala (1552) señalada con un círculo María de Estrada, mujer soldado dentro de las tropas de Hernán Cortés

 

Nieta de un médico rabino, tras la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos, es adoptada por unos gitanos con los que aprende la forja del acero, en Toledo, y el manejo de la espada. Por haber participado en las reyertas entre clanes gitanos es encerrada en prisión donde sufre diversas vejaciones y se salva de la pena de muerte gracias al decreto real que lo prohibía.

Según Cervantes de Salazar en su Crónica de la Nueva España embarca  con Hernán Cortés rumbo a América tras haber vencido la renuencia de aquel con estas palabras:

«No es bien señor capitán, que mujeres españolas dexen a sus maridos yendo a la guerra; donde ellos murieren moriremos nosotras, y es razón que los indios entienden que somos tan valientes los españoles que hasta sus mujeres saben pelear…».

 

Francisco Cervantes de Salazar, pintado por Dionisio Santiago Palomares, en la Biblioteca de Castilla-La Mancha (Toledo)

Francisco Cervantes de Salazar, pintado por Dionisio Santiago Palomares, en la Biblioteca de Castilla-La Mancha (Toledo)

 

Entre sus hazañas está haber participado en las batallas de la conocida como Noche triste y en la batalla de Otumba.

 

 Batalla de Otumba

Batalla de Otumba, según lienzo de Tlaxcala, México.

 

Asimismo entre sus hazañas destacan haber vencido con la espada a Pánfilo de Narváez y ser fundadora de la ciudad de Puebla.

 

Puebla

 

 

Como bien señala Cristina Morató:

El cronista de Indias Bernal Díaz del Castillo escribió: «La conquista, después de Dios, se debe a los caballos». Olvidó narrar en sus famosas crónicas del Nuevo Mundo que tras las huellas de Colón partieron miles de españolas, en su mayoría extremeñas y andaluzas, en busca de poder y fortuna. Tranquilas amas de casa, viudas, puritanas solteronas, aventureras y damas de alcurnia cansadas de esperar el retorno de su príncipe azul se embarcaron en Cádiz o en Sevilla rumbo a lo desconocido. Algunas llegaron a virreinas, almirantes, adelantadas y gobernadoras, ocupando cargos de responsabilidad impensables para una mujer del siglo XVI en Europa.

 

María de Estrada

 

María morirá cerca de los 40 años, víctima del cólera. Se desconoce dónde fueron a parar sus restos.

 

Para saber más:

Es muy interesante la exposición que el Museo Naval organizó bajo el título «No fueron solos. Mujeres en la conquista y colonización de América» (Descargar el dossier de la exposición en pdf pinchando aquí)

 

"No fueron solos. Mujeres en la conquista y colonización de América