En Madrid le llega la vocación religiosa pero no la pone en práctica, como era lo habitual, ingresando en uno de los múltiples conventos existentes, sino que decide apoyar a la Compañía de Jesús con su fortuna y se traslada a la Inglaterra protestante gobernada por Jacobo I -en 1605- donde vuelca su fe en una abnegada ayuda a los católicos perseguidos. Es detenida dos veces acusada de conspirar contra la monarquía británica y salvada in extremis por los oficios del embajador español, Alonso de Velasco.
Esa actividad, cuasi clandestina, le confiere cierta libertad y cierto predicamento social, lo que acentúa su rechazo al papel típico de las mujeres de sumisión y acatamiento al modelo patriarcal.
A raíz de su segundo nuevo encarcelamiento, la corte española de Felipe III le exigió que volviera a España. Murió el 2 de enero de 1614 antes de haber podido cumplir dicha orden. Sus restos regresarían a la península al año siguiente, en agosto de 1615. Está pendiente la causa de su beatificación.
Como poeta su obra puede situarse entre el humanismo y el barroco, con una espiritualidad muy personal que conjuga la contemplación de tipo místico con el activismo religioso y político
No se conocen ejemplares originales de sus poemas sino solo transcripciones hechas por otras personas. En el madrileño monasterio de la Encarnación se conservan 178 cartas, así como todos sus manuscritos, incluido su testamento. Sus obras se publicaron en un tomo de Epistolario y poesías, bajo el cuidado de Jesús González Marañón y el jesuita Camilo Mª Abad, que apareció en la Biblioteca de Autores Españoles en marzo de 1965, hace ahora pues 50 años.
Incluimos aquí un poema de Luisa de Carvajal y Mendoza
¿Cómo, di, bella Amari, tu cuidado
estimas en tan poco, que, olvidada,
de quien con tanto amor eres amada,
te empleas en el rústico ganado?
¿Hate la vana ocupación comprado?
¿Qué nigromántica arte embelesada
te trae, y de tu bien tan trascordada?
¡Ay, alevosa fe! ¡Ay, pecho helado!
Vuelve, Amari, repara que perdiendo
vas de amor el camino, digo, atajo.
Y ese que llevas, ancho y deleitoso,
suele mañosamente ir encubriendo
entre las florecillas, y debajo
de verde hierba, el paso peligroso.
Bibliografía
– Camilo María Abad, S. J. (ed.):Una misionera española en la Inglaterra del siglo XVII: doña Luisa de Carvajal y Mendoza(escritos autobiográficos). Universidad Pontificia de Comillas (Barcelona): Juan Flors, 1966.
– Navarro, Ana (ed.):Antología poética de los siglos XVI y XVII. Madrid: Castalia, 1989.
– Ruiz, Cristina: «Panorama de escritoras españolas», vol. 1. Cádiz (España): Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1997.
– Serrano y Sanz, M.:Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas (desde el año 1409 al 1833). [Sucesores de Rivadeneyra, 1903]. Madrid: Atlas (Biblioteca de Autores Españoles), 1975.