El manifiesto de los 343 ‘cabrones’
En materia de prostitución somos creyentes, practicante o agnósticos.
Algunos de nosotros han ido van o irán de “putas” sin ninguna vergüenza.
Otros, sin haber sido personalmente clientes (por razones que sólo les conciernen a ellos) aunque no hayan ido jamás no ejercerán la actitud cívica de denunciar a los conocidos que hayan recurrido al sexo que se paga.
‘Homos’ o ‘heteros’, libertinos o monógamos, fieles o promiscuos, somos hombres. Esto no nos convierte en los frustrados, perversos o psicópatas descritos por los partidarios de una represión enmascarada de una lucha feminista. Que tengamos que pagar o no por relaciones carnales no nos lleva a prescindir del consentimiento de nuestra pareja. Pero consideramos que cada cual tiene derecho a vender sus encantos libremente e incluso a que esto le guste. Y, consiguientemente, rechazamos que los diputados dicten normas sobre nuestros deseos y nuestros placeres.
No amamos la violencia, ni la explotación, ni el tráfico de seres humanos y esperamos de los poderes públicos que pongan todo de su parte para luchar contra las redes mafiosas y los chulos.
Amamos la libertad, la literatura y la intimidad. Y cuando el Estado se ocupa de nuestros ‘bajos’ esos tres conceptos están en peligro.
Hoy la prostitución, mañana la pornografía ¿Qué será lo próximo?.
No cederemos ante las ligas de la virtud que quieren mujeres (y hombres) meapilas. Contra lo sexualmente correcto demandamos vivir como adultos.
Todos juntos proclamamos: No toques a mi puta.
Primeros firmantes:
Frédéric Beigbeder, Nicolas Bedos, Philippe Caubère, Marc Cohen, Jean-Michel Delacomptée, David di Nota, Claude Durand, Benoit Duteurtre, Jacques de Guillebon, Basile de Koch, Alain Paucard, Jérôme Leroy, Richard Malka, Gil Mihaely, Ivan Rioufol, Luc Rosenzweig, François Taillandier, Eric Zemmour, etc.
Frederic Beigdeber, uno de los firmantes del Manifiesto
Otro firmante, que se arrepintió de hacerlo
Como puedes verse, la polémica está servida.
Sirva como primer referente de esta disputa el magnífico artículo de Sol Gallego Díaz aparecido el 4 de noviembre de 2013 en El País
Enlaces al Manifiesto de los 343 cabrones