Elisabeth (1617-1680) tenía 22 años menos que Descartes cuando conoce al filósofo en 1642, iniciando a partir de ese momento una relación epistolar que duraría hasta el final de su vida. Parece que Descartes se enamoró platónicamente de la princesa hasta el punto de no tener reparo en dedicarle sus Principios de la Filosofía (1644) a pesar de que la princesa profesaba la fe protestante.
La relación epistolar entre ambos fue especialmente valiosa desde el punto de vista intelectual que incentivó al filósofo a profundizar en el estudio de diversas cuestiones morales reflejadas en su obra Las pasiones del alma, que posteriormente ampliaría para dedicárselo a la reina Cristina.
El atractivo de la princesa del Palatinado llega hasta nuestros días hasta el punto de que Borges alude a ella en uno de sus poemas.
He soñado el inconcebible dolor.
He soñado mi espada.
He soñado a Elisabeth de Bohemia
He soñado la duda y la certidumbre
He soñado el día de ayer.
Quizá no tuve ayer ,quizá no he nacido.
Acaso sueño haber soñado.
Siento un poco de frío ,un poco de miedo.
Sobre el Danubio está la noche.
Seguiré soñando a Descartes y a la fe de sus padres.
J.L.Borges, La cifra (1981)
Afortunadamente existe en castellano versión de la correspondencia entre el filósofo y la princesa, publicada por la Ed. Alba en 1999.
Para saber más
René Descartes,Las pasiones del alma, traducción de José Antonio Martínez Martínez y Pilar Andrade Boué, Tecnos. http://www.monografias.com/trabajos89/descartes-y-mujer-princesa-elisabeth-bohemia/descartes-y-mujer-princesa-elisabeth-bohemia.shtml#elisabetha#ixzz3pHY5JxpD
Blanco Oliva: La “Querelle” féministe en el siglo XVII: la ambigüedad de un término: del elogio al vituperio en Actas del Seminario Permanente Feminismo e Ilustración 1988-1992 Instituto de Investigaciones Feministas. Madrid.1992.