“Cuando yo empecé á escribir, recuerdo que me aconsejaron que adoptase un seudónimo masculino. Protesté, proque mi tendencia es siempre á la franqueza, á huir de todo disfraz. Hoy, pensándolo mejor, creo que me hubiese convenido mucho (…)”

“El seudónimo, realmente, es como el antifaz de terciopelo negro: lejos de tapar la cara, la acusa: aviva la curiosidad y hace resaltar ciertos rasgos y facciones. Si en efecto el antifaz del seudónimo encubriese, envolviese á los escritores en bienhechora sombra, en un incógnito protector, no cabe duda: toda mujer que escribe debiera adoptar esa precaución, á fin de dar chasco á los que, adivinando a posteriori, reconocen en su estilo el sexo, que es como si lo reconociesen en el modo de jugar al tresillo, de confeccionar un plato de cocina, de trazar un plano ó de regar un arbusto”

 

 

Pardo Bazán fainos a seguinte pregunta ………..

“(…) supongamos que, á la vuelta de muchos años, borrado, por un caso rarísimo, el recuerdo de Concepción Arenal, se descubriesen páginas sueltas de estas obras, ó un libro entero, anónimo. A no ser que en él, casualmente, la autora hiciese referencia á su sexo, ¿hay alguien que lo adivinase?
Si desglosamos un capítulo del Visitador del pobre, por el barón de Gérando, y otro capítulo del Visitador del pobre, de doña Concepción Arenal, ¿será capaz el más pintado de decir cuál de ellos ha sido escrito por un varón y cuál por una hembra?”

 

Para saber más http://www.rtve.es/alacarta/videos/mujeres-en-la-historia/mujeres-historia-emilia-pardo-bazan/849428/

Cfr: Mª Carmen Simón Palmer: La mujer y la Literatura en la España del siglo XIX, en AIH Actas VIII (1983).