Apunte de Eduardo Malta (Blanco y Negro 28-4-1929)
Comenzó por estudiar Filosofía y Letras en Madrid que no terminaría, más interesada en frecuentar las tertulias literarias de la época, como la que presidía Valle Inclán en El Henar
En estas tertulias parece ser que conocería al que fue su pareja sentimental: Eugenio Montes. Escritor español en gallego y castellano, introductor del ensayo moderno en la cultura gallega y prosista de la Generación del 27. Estudió filosofía y letras y derecho y fue profesor de instituto. En la década de 1920 colaboró en la revistaNósy escribió en lengua gallegaEstética da muñeira(1922). Atraído por el ultraísmo, participó en las primeras revistas de vanguardia y siguió publicando en su idioma materno, primero los cuentos deO vello mariñeiro toma o sol(1922) y luego los poemas deVersos a tres cás o neto(1930), cadenciosos, coloristas y no exentos de humor.
Sin abandonar la temática gallega, Montes se trasladó a vivir a Madrid y, a partir de entonces se dedicó a escribir y publicar solamente en lengua castellana. Tras introducirse en los círculos literarios madrileños, entabló contacto con los autores de la Generación del 27. Decantado por la ideología falangista, desde 1939, al mismo tiempo en que era elegido miembro de la Real Academia Española, colaboró en diversas publicaciones comoABC,Acción EspañolayEl Debate.
Eugenio Montes, Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández Cuesta. Para profundizar en estos y otros escritores de la época es del mayor interés el libro, recientemente reeditado, Falange y Literatura de José Carlos Mainer, en RBA.
Natividad Zaro Tenorio
En 1926 Natividad Zaro aprueba unas oposiciones a auxiliar del cuerpo de Correos y Telégrafos, profesión que apenas ejercerá pues se dedicará al teatro auspiciada por César González Ruano, que le dedicará estos elogios ditirámbicos:
“Si es declamación, es declamación nueva. Lo que importa es esta voz, que acciona, y estas manos, que dicen; esos ojos de aguas de mar, donde asoma la vida hecha poesía.”
El lugar elegido para su presentación fue la Unión Iberoamericana donde recitó ante un nutrido grupo de diplomáticos e intelectuales. El éxito fue tal que los recitales se multiplicaron en el teatro Infanta Beatriz, el Círculo de Bellas Artes o el Lyceum Club.
En 1928 debutará en el cine y se gana la admiración de Cipriano Rivas Cherif con el que creará un grupo de teatro llamado ‘El caracol’ que ensayaba obras de vanguardia como Orfeo de Cocteau o El terno del difunto de Valle-Inclán e incluso representaron una de nuestra biografiada titulada El sueño de la verdad.
Pero el proyecto era un sueño en realidad que fue brutalmente abortado al ser cerrada la sala por la policía en febrero de 1929 (estamos todavía en la Dictadura de Primo de Rivera) y la obra de García Lorca El amor de don Perlimplín y Belisa en su jardín incautada por inmoral y prohibido su estreno, que tendría que esperar a 1933 para subir a un escenario.
Se resarcirá de esta prohibición estrenando ese mismo año la obra anticlerical de Benito Pérez Galdós Electra que obtuvo un enorme éxito y una gran polémica.
Caricatura de Galdós, por Alarcón
Enardecida por estos éxitos, Natividad decide poner en escena un ‘Tenorio’ en el que ella hará de doña Inés pero con la transgresora idea de hacer el personaje de don Juan para cerrar las representaciones, pretensión que argumentará desde una perspectiva claramente feminista, pues considera que el personaje
“tal como se ve hoy por Marañón y otros exégetas: como un tipo anormal, sexualmente pervertido y equívoco […] con una silueta intermedia, entre viril y femenina, con cierta gracia de líneas imprecisas en la figura y un acento cruel e irónico; más que arrebatado, cauteloso; más que inconsciente en su ímpetu magnífico, sarcástico, sádico casi…”, pero reconociendo al mismo tiempo que “literariamente me seduce su figura. Si como concepción humana lo desprecio, como héroe dramático me interesa extraordinariamente…”
Años más tarde Ana Mariscal escenificará esta idea de Natividad Zaro.
El 28 de diciembre de 1929 se inaugura El teatro Pinocho una interesante iniciativa en la que va a participar Natividad encarnando a la muñeca Pirula de la Revista Pinocho.
En la década de los 30 continuará su actividad teatral representando a Azorín y a Jacinto Benavente.
Acabada la guerra civil se dedicará fundamentalmente al cine a través de su productora Atenea.La última película en la que colaboró fue El aventurero de la rosa roja en 1968.
Sin duda la figura de Natividad Zaro ,”la flor de su figura” como la denominó Valle está pendiente de una biografía exhaustiva que de cuenta de su vida y obra ,pues sería un buen ejemplo de la deriva de este país.
Fuentes: