Estamos en la Primera Guerra Mundial, y en Zurich, Suiza, país que se mantiene neutral se mueven artistas y escritores exiliados de toda Europa. Uno de los núcleos se articula en torno al rumano Tristan Tzara y se caracterizan por su rechazo a casi todo lo establecido. En febrero de 1916 abre sus puestas el Cabaret Voltaire donde actúan artistas y músicos de diversos lugares del mundo.

Entre los asiduos al mismo Jean Arp, Francis Picabia, Tristan Tzara o Hugo Ball y una mujer, mucho menos conocida que los anteriores, la también escritora, Emmy Hennings, “uno de los pilares del Dadaísmo y ánima mater del Cabaret Voltaire”, como señala Teresa Labiós.

 

 

Su nombre real era Emma Maria Cardsen y había nacido en Flensburg, Alemania en 1885. Conoce a Hugo Ball en 1913, pero para entonces ya había publicado algun libro de poemas y colaborado en prensa de izquierdas. En estos años trabajó también como artista en el cabaret Simplizissimus de Munich.

 

Emmy Hennigs

 

En los primeros años de la década de los diez Emmy Hennigs y Hugo Ball, fundan junto a Leybold Hans la revista Revolución. Ya como exiliada en Zúrich y miembro fundador del Dadaísmo, Hennings se convertirá según el Post Züricher, en la estrella más famosa del Cabaret Voltaire. En cuanto a lo estrictamente literario, algunos críticos han destacado el papel que Hennings desarrolló en la vertiente mística del dadaísmo, por su poesía “cargada de espiritualidad”.

Una vez que el Cabaret Voltaire fue cerrado, Emmy Hennings y Hugo Ball siguieron colaborando, y actuaron en hoteles y pequeños teatros en los que Emmy interpretaba y hacia marionetas.

 

dúo artístico Arabella

 

En 1916 juntos crearon el dúo artístico Arabella, en el cual Hennings bailaba la música que Hugo Ball componía. Hugo Ball y Emmy Hennings se casaron el 16 de febrero de 1920. No tuvieron hijos comunes, pero Emmy aportó al matrimonio una hija de una relación anterior. Emmy Hennings murió en una clínica de Lugano-Sorengo, (Suiza) en 1948, sobreviviendo más de dos décadas a su marido.

Greil Marcus en su libro Rastros de Carmín (Anagrama), la describe así:

«Apareció en el centro del cabaret con cintas alrededor del cuello, la cara como de cera. Con el pelo amarillo muy corto y un vestido de terciopelo escaso y oscuro y con rígidos volantes, era algo absolutamente distinto al resto de la humanidad… vieja y estragada… Una mujer posee infinitos matices, caballeros, pero desde luego, uno no ha de confundir lo erótico con la prostitución… ¿Quién puede impedir que esta chica que ya es la mismísima histeria… se hinche hasta constituir una avalancha? Cubierta de maquillaje, hipnotizada con morfina, absenta y la llama color sangre de su eléctrica versión de Gloire, una violenta distorsión de lo gótico, su voz brinca sobre los cadáveres, se burla de ellos, trinando conmovedora como un canario flauta».

 

Retrato de Emmy Hennings por Hans Bolz, en 1911

Retrato de Emmy Hennings por Hans Bolz, en 1911

 

Fuentes:

Wikipedia y “Emmy Hennings, madre del Cabaret Voltaire” de Teresa Labiós | 3 de julio 2013